Basho: La región salvaje


Vista General Instalación


Durante los meses de mayo y Junio, el artista chileno residente en Barcelona, Fernando Prats, presentó la instalación Basho: la región salvaje, en el marco de las Jornadas Alois M. Hass 2006, Mística y pensamiento contemporáneo, en la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona. Tuve la oportunidad de colaborar en el montaje de esta instalación, y luego estar presente durante su inauguración, y desde esta doble condición de cercanía y distancia, es que me permito realizar algunas observaciones muy personales.

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En esta instalación, Prats reúne una serie de trabajos anteriores, dándoles un nuevo significado relacionado con el concepto de Basho o Región Salvaje. No pretendo dar un significado cabal de lo que este concepto abarca, pero valga como explicación algunas observaciones del propio Alois Haas: “El término basho fue central en el pensamiento del filósofo japonés Kitarô Nishida (1870-1945) y expresa el lugar de la “experiencia pura”, allí en donde la conciencia alcanza su fundamento más profundo y que su discípulo Shizuteru Ueda ha puesto en relación con “la región salvaje” de Maurice Merleau-Ponty”.
Ueda fue uno de los invitados a las jornadas Alois Haas, y fue él quien de una manera muy peculiar, inauguró la instalación: al ser invitado por el artista a realizar alguna intervención sobre las láminas de humo sin fijar dispuestas en el suelo, Ueda dibujó en primer término un círculo, y luego un cuadrado y un triángulo inscritos en él; el círculo para Ueda representa la figura geométrica fundamental, la que contiene a todas las otras, y representa, en este sentido lo uno y el todo a la vez; después de realizar estos dibujos, Ueda se descalzó y entró caminando hacia el centro de la instalación, hacia el centro de la región salvaje, para contar desde allí, una experiencia personal que trataré de resumir: Ueda contó que cada mañana, en su casa en Japón, sale al patio, en dónde existe un gran árbol; cada mañana se para frente a este árbol y describe frente a él un círculo con sus brazos, un circulo que en su trayectoria envuelve la totalidad del árbol; hay días en que no sopla viento, y las hojas del árbol están muy quietas, y se distingue a través de ellas el azul profundo del cielo; hay días en los que el viento sopla con fuerza y mueve vigorosamente las ramas y las hojas del árbol; hay veces que repite este ritual de noche, para ver las estrellas a través del follaje. A todo esto Ueda lo llamó su círculo personal; lo que me pareció notable, es que Ueda transmitiera estas reflexiones desde el centro de la instalación, desde el centro de la región salvaje; Ueda habla desde un lugar que representa a Oriente entrando en Occidente, tal como se refiere la cita del Maestro Eckart (1260-1328), citada en el catálogo: “También entre nosotros exista el dicho: elimina el tiempo, y Occidente es Oriente” .
La pregunta que plantea Ueda es: “Es posible recuperar la propia naturaleza salvaje? Si eso fuera posible, no sólo revitalizaría nuestra propia cultura sino que nos permitiría, por vez primera, comunicarnos verdaderamente con las demás culturas; nos serviría de fundamento sobre el cual podría tomar forma una nueva cultura mundial. Como sugiere el término región salvaje, se trata de una región no contaminada por nuestra propia cultura, una región con la que entramos en contacto sólo después de haber atravesado los duros caparazones de nuestras formas culturales”. Con este gesto simbólico de adentrarse en la obra, gesto que por lo demás, para algunos resultó ofensivo (las obras de arte son intocables), Ueda le dio un giro a la obra, destruyendo sus distancias y transformándola en un lugar desde el cual tender puentes y trazar relaciones.
Es muy notable también la manera en la que la naturaleza se presenta, primero a través del relato de Ueda (el árbol, el viento, el cielo, las estrellas), y finalmente, a través de las propias huellas que el filósofo deja tras de sí; Prats ya había trabajado en algunas obras en base a las huellas y rastros de insectos sobre humo sin fijar, así como del arbitrario dibujo de ramas movidas por el viento; lo sorprendente es que las huellas de Ueda se sumaron a las huellas de los insectos nocturnos que dejaron sus marcas durante la noche, en una especie de acción no prevista por el artista, pero que en definitiva viene a dar un sentido aún mayor a las huellas de Ueda, y al propio trabajo anterior de Prats.

Huellas insectos


Otra cosa que me llamó la atención, y que me parece digna de mencionar en este post, es que paralelamente a la muestra de Prats, se realizaba en La Pedrera, una exposición del artista ruso Kasimir Malevich (Kiev, 1878-Leningrado, 1935). La obra de Malevich se caracteriza por una búsqueda de lo esencial, la destrucción del mundo objetivo para dar lugar al único mundo posible, el del abismo del ser (ver artículo de Antoni Marí en el suplemento Culturas, de la Vanguardia, 07 de Junio de 2006). Lo que me llamó especialmente la atención fue la reproducción de uno de sus famosos cuadros, “Cuadrado negro sobre fondo blanco”, en el que se aprecia un notable deterioro de la pintura negra, por lo que es posible apreciar a través de las grietas, el fondo blanco del cuadro. Una de las últimas series de Prats corresponden a pinturas de humo sobre óleo, sobre las cuales se hacen caminar gusanos, los que van dejando un rastro de color al quitar el humo sin fijar. A pesar que los métodos son muy distintos, intuyo una resonancia muy grande en ambos trabajos, un desplazamiento hacia nuevos territorios de representación pictórica, un territorio en el que el artista es una especie de vehículo para que el espectador realice una especie de viaje hacia esta región salvaje, un tránsito hacia territorios oscuros y despojados, una especie de misticismo laico, que va más allá de temas puramente religiosos.

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Fernando Prats se encuentra en este momento en el norte de Chile, realizando un proyecto que considera realizar obras a partir de las huellas dejadas por la erupción de los geysers en láminas de humo sin fijar, en una especie de nueva vuelta de tuerca en esta búsqueda de nuevas maneras de relacionar arte y naturaleza; según las palabras del propio Prtas: El proyecto busca capturar la fuerza de los geysers y atraerla hacia la superficie pictórica, dando origen a una nueva percepción re- generadora del lenguaje en la pintura.
Estaremos atentos a estos nuevos proyectos. Mas información sobre Fernando Prats, en este link . También acerca de la exposición Del Cardener a la Antártida , en el Museo de Bellas Artes de Chile, el año 2004.

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