Carolina Saquel en el Espai 13
La artista y videista chilena Carolina Saquel exhibe en el Espai 13 de la Fundación Joan Miró , de Barcelona, como parte del ciclo Pigmentos y Píxeles, producido por Le Fresnoy, Studio National des Arts Contemporaines, y comisariado a cargo de Pascale Pronnier y Marie-Thérèse Chapesme.
La muestra de vídeos, titulada La Catástrofe es amarilla, se presenta como una reflexión de la artista respecto al espacio pictórico de Miró, la renuncia a la ilusión de profundidad y perspectiva, así como la noción de “vacío” en la obra del pintor catalán.
Saquel nos presenta una serie de vídeos, para los cuales toma prestados los títulos de obras de Miró, y que retratan un muro invadido por la vegetación; se trata de grandes paños verdes en los que aparentemente no pasa nada; la artista se pregunta “sobre el modo de encontrar el movimiento en la inmovilidad y el punto de parada en lo que es de naturaleza móvil”. Esta aparente inmovilidad desaparece en el momento en el que nos detenemos a mirar con más detalle las obras, de modo que el plano verde homogéneo y continuo, se nos transforma en una superficie con múltiples matices, en la que además el sutil efecto del viento, produce una vibración que hace que el plano neutro transmute en una superficie viva y llena de movimiento. A este efecto se suma un sonido de fondo, que registra el sonido de una tormenta que se adivina viene en camino, produciendo una especie de sensación que “algo” está por pasar.
La cita de Wittgenstein que nos recibe en la sala, refuerza esta sensación: “Escucho el viento; se oye como un presagio. La lluvia, tal vez. El viento prepara su llegada y podría ser algo mas bien fatal. No sé qué. Puede que no sea nada. El viento es señal de alguna caída”.
La idea de lo inevitable, del presagio de algo que está al caer, el oscuro retrogusto tan presente en las películas de Lynch, aparece en los vídeos de Saquel, esa sensación de que aparentemente detrás de esta “nada” desprovista de connotaciones, se esconde una realidad que se nos escapa, y a la cual sólo accedemos a través de fugaces chispazos que nos revelan las inquietantes imágenes de la artista.
En definitiva se trata de unos vídeos impecablemente producidos, que representan un estimulante desvío dentro del recorrido de la muestra del maestro Miró.
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